Por otro lado, la situación actual de presión asistencial debería condicionar los objetivos a corto plazo en cuanto al diagnóstico del SAHS pediátrico; estos deberían ser, entre otros, incrementar el poder de sospecha diagnóstica en asistencia primaria (AP), facilitando métodos de cribado y aproximación diagnóstica al alcance de la mayoría de la población, coordinando y racionalizando todos los medios disponibles de manera que permitieran identificar de forma eficiente el mayor porcentaje posible de población de riesgo que debería ser objeto de especial control y seguimiento tanto en AP como en las unidades de sueño. Un estudio atendido necesita la constante presencia de un técnico entrenado que esté en capacidad de asistir de forma adecuada al paciente (1,5). El técnico tiene que controlar al paciente por observación directa o, mejor aún, por un sistema de video sincronizado con el registro polisomnográfico. Despertares frecuentes durante el sueño en un niño que previamente dormía bien. Si bien mediante una encuesta clínica es difícil detectar la presencia de ESD en el niño con TRS, sí son frecuentes las alteraciones de conducta (irritabilidad, agresividad), neurocognitivas (memoria, inteligencia general, funciones ejecutivas, etc.) y del estado de ánimo. Disminución del uso de servicios paralelos: los niños con SAHS presentan con frecuencia problemas de conducta y aprendizaje que condicionan la necesidad de terapias y evaluaciones cognitivo- conductuales o farmacológicas.
La práctica estandarizada de medicina del sueño exige que este examen se base en los ajustes manuales de la presión que haga un técnico durante una noche de PSG, hasta eliminar todos los eventos respiratorios obstructivos relacionados con el sueño, como apneas, hipopneas, despertares relacionados con el esfuerzo inspiratorio (RERA) y ronquido. Este grupo de trabajo, por motivos de claridad expositiva, propone analizar la metodología diagnóstica del SAHS en dos compartimentos teóricos, el correspondiente a AP y el correspondiente a asistencia hospitalaria. Para la revisión se incluyen los exámenes paraclínicos de mayor relevancia en este medio: polisomnograma (PSG) basal o de diagnóstico para titulación de presión positiva sobre la vía aérea (PAP) de noche partida, estudios ambulatorios sin supervisión de un técnico-PSG, registro cardiopulmonar, registro de dos canales, test de latencias múltiples de sueño y test de mantenimiento de la vigilia, los cuales evalúan el síntoma de somnolencia diurna excesiva. El diagnóstico correcto conlleva un descenso de esta hiperfrecuentación. El diagnóstico y tratamiento precoz del SAHS ocasiona una disminución de la comorbilidad asociada (obesidad, alteraciones cardiovasculares, etc.). Su poder predictivo positivo es del 55,8%. En general, la evaluación clínica per se tiene una alta sensibilidad pero una baja especificidad, lo que ocasionaría la presencia de muchos falsos positivos.
Los niños que son evaluados por problemas conductuales o afectivos frecuentemente presentan somnolencia diurna. Parece razonable no basarnos únicamente en niveles patológicos de índice de apneas-hipopneas (IAH), sino, además, tener en cuenta otros factores, como son la clínica y la comorbilidad, para establecer una adecuada estrategia, tanto diagnóstica como terapéutica129,130. Los niveles del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) (citocina inflamatoria implicada en la ESD) están aumentados en los niños con SAHS, particularmente en los casos más severos, y se correlacionan principalmente con el IAH, con la fragmentación del sueño y el índice de masa corporal. En algunos estudios se observa un acortamiento de la latencia de sueño en los niños con SAHS, pero es infrecuente la ESD, que tiende a desarrollarse en los casos más intensos o en los pacientes obesos69. 1. Antecedentes familiares: investigar la existencia de otros casos de SAHS en la familia. Estos síntomas diurnos pueden ocasionar dificultades en otros aspectos de la vida del niño, como la relación con la familia y sus compañeros, o la participación en actividades físicas y deportivas.
1. La anatomía craneofacial y de vías respiratorias altas: evaluar la presencia de respiración bucal no coincidente con procesos catarrales y la presencia de hipertrofia adenoamigdalar así como la anatomía craneofacial (hipertrofia adenoamigdalar, retrognatia, Mallampati)90-93. Por esta razón, existe un interés creciente en el perfeccionamiento de técnicas o test de cribado, así como en el desarrollo de herramientas más simples que permitan alcanzar resultados diagnósticos fidedignos, reservando las técnicas más complejas y/o costosas (PSG, poligrafía respiratoria) para aquellos niños en los que las pruebas simples no aporten un diagnóstico de certeza o para aquellos otros en los que el resultado de las técnicas complejas puede condicionar la terapia (p. ej., ventilación no invasiva frente a tratamiento quirúrgico). Algoritmo diagnóstico en asistencia primaria y en la unidad de sueño (figs. Se trata de posiciones inconscientes que realiza el niño durante el sueño buscando una mejor ventilación. Somos conscientes de que en muchos puntos esta división artificial es superada por la realidad y que ambos estratos no deberían tener solución de continuidad, pues en muchas ocasiones se superponen y complementan. Por su parte, los parisinos volvieron a fallar varias ocasiones flagrantes.