El mes de marzo se inició con un ridículo encuentro en el Vicente Calderón, última visita del club a este estadio, en el que se perdió 3-0 ante el Atlético, sin dar el más mínimo signo de competitividad. La afición ya no confiaba en la estructura al considerar que Alesanco no tenía experiencia en dicho cargo y que además no iba a tener la independencia necesaria en la toma de decisiones por la intromisión del propio Lim (y la influencia de Mendes) en las decisiones deportivas.